Edificios conectados: Nueva forma de habitar la ciudad

5 de mayo de 2009


Las principales obras del arquitecto japonés Hiroshi Hara presentan una innovadora teoría urbanística que se basa en edificios interconectados por múltiples nexos y con espacios ingeniosamente diseñados. 

Esta arquitectura, que sorprende por su elaborada resolución tecnológica, cuenta con una filosofía subyacente, basada en generar un nuevo tipo de construcción que rescate la idea de separabilidad y libre conexión entre los individuos de una sociedad.

Ejemplos de ello, son algunas de sus obras de gran escala, como el edificio Umeda Sky y el complejo multifuncional de la estación de Kioto, así como el proyecto de la Casa Experimental que actualmente está desarrollando en Argentina. 

La filosofía de Hara está resumida en la teoría urbanística de la Ciudad Discreta, que viene elaborando desde hace 30 años, antes de hacerse conocido en el mundo por construir el revolucionario Sapporo Dome, el estadio que fue una de las sedes del Mundial Corea-Japón. 
Hara plantea que la ciudad moderna podría estar conformada por módulos habitacionales con funciones diferenciadas que permitan a los habitantes conectarse y separarse libremente. Esos módulos también podrían combinarse de manera infinita para conformar espacios comunes.




Umeda Sky
Este rascacielos es uno de los íconos de la ciudad japonesa de Osaka y también el inicio de la teoría urbanística de Hara, donde se propuso crear el efecto de una ciudad en el aire, formada por rascacielos interconectados en los últimos pisos. El objetivo: desarrollar distintos estilos de vida para una alta densidad de población. 
El edificio tiene 40 pisos, está conformado por dos torres unidas por una plataforma que parece flotante, de 54 por 54 metros, ubicada a 150 metros del suelo. 

Este espacio, que incluye amplias áreas verdes con vista panorámica a la ciudad, tiene dos tipos de accesos: dos ascensores transparentes y dos escaleras mecánicas en forma de puente que atraviesan la piel de vidrio y parecen suspendidas en el aire. 

La plataforma, ubicada en el piso 22, cuenta con una abertura en forma de anillo espacial que puede considerarse como una futura estación aeronáutica. Al mismo tiempo, recubrió las torres con vidrios espejados para reflejar el cielo, las nubes y los cambios de luz, en un intento de disolver los bordes de la construcción. 

La mayor parte de la estructura se destinó a oficinas, mientras que en el piso 22 funciona un centro comercial, cines y un centro de convenciones. 

Estación de Kioto
La estación de Kioto, sobresale por sus medidas: ocupa 235.257 m2 y mide 470 metros de largo y 60 de alto. 

Su figura, similar a un rascacielos recostado, se encarga de reproducir, a grandes rasgos, el esquema del Umeda. En este caso también se busca interconectar una gran cantidad de espacios mixtos distribuidos en tres niveles subterráneos y 16 plantas superiores. 

El edificio es un gran complejo multifuncional que explora la relación entre diferentes niveles de altura y de circulación de peatones, trenes y sutbterráneos. Esto a través de un gran número de pasarelas y escaleras mecánicas. 

La estación ocupa sólo el 10% de la superficie total, el resto son hoteles, comercios y oficinas y está diseñada para que los viajeros no entren necesariamente en contacto con las demás actividades del complejo. 

Otra de las ideas que siempre está presente en la arquitectura de Hara es lograr que desaparezca la frontera entre la arquitectura y el paisaje. Con esa intención, recubrió de vidrio la mayor parte de la fachada de la estación y de esta forma consiguió reflejar el cielo y brindarle a la construcción una apariencia muy liviana. 

La experiencia chilena 
Puente Mirador es el primero en su tipo que se instala en Chile, se ubica a 35 metros de altura y une dos edificios del Banco Santander Santiago en plena calle Bandera. 

El objetivo del puente fue generar un espacio de conexión para que los trabajadores transiten expeditamente y además un lugar para la realización de actividades culturales. 

Obra del arquitecto Gonzalo Martínez de Urquidi, tiene 7,6 metros de ancho y tres metros de alto, puede soportar hasta 53 toneladas, incluido su propio peso y está instalado en el piso 10 de ambas construcciones. 

Se caracteriza por su estructura elíptica, formada de tubos de acero y cubierta de aluminio, 256 cristales prismados en la cubierta y el piso, un moderno sistema de iluminación con más de 200 modalidades, y aire acondicionado instalado estratégicamente en el pasa manos para no ensuciar la estructura.

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